jueves, 13 de noviembre de 2008

¡Vaya día para empezar un blog! 13 de septiembre... En fin, que tampoco va a cambiar nada a estas alturas en las que ya no creo en la suerte, aunque si en el mal de ojo. Si no algunas situaciones serían inexplicables. Aclaro que si existe un dios no creo que se preocupe de andar puteandome, sería un poco patético por su parte intentar matar su aburrimiento cósmico con el grupito de células que me compone.

Empiezo por el principio porque parece más sencillo, pero no siempre es así. Como todos los estudiantes que se marchan de su ciudad a otra para estudiar me fui con la mochila llena de buenas intenciones pero vacía de conocimiento. No tenía ni idea de hasta que punto te puede cambiar la vida decidir con quien vas a convivir. Con las miras puestas únicamente en las clases la búsqueda de donde vivir me parecía un problema menor. Que valiente es la ignorancia. Así que en lugar de ponerme a buscar con tiempo lo hice en el último momento. Cogí un tren a primera hora, una mochila con un libro para el camino y un bloc para apuntar lo que me interesara. Solo tenía ganas de largarme de mi pequeña e industrial ciudad. Entrar en esa vida que imaginaba en la universidad (Nota del Autor: demasiadas novelas).

El día anterior todo parecía fácil, llegaría cogería unos números de teléfono y vería unas casas. En el tren ya fui dándome cuenta de que a lo mejor era tarde, (septiembre empezado) de que no tenía ni puñetera idea de por donde empezar a buscar, (la gente aún no ponía anuncios en internet) y que casi ni sabía que metro tenía que coger para llegar a la zona de la facultad. Además tenía que calcular bien el tiempo ya que tenía que volver a tiempo de coger el tren de vuelta, no tenía ni sitio donde dormir, ni pasta para pagarme una pensión.

Efectivamente no encontré muchos números de teléfono, de los que encontré ya estaban ocupadas las habitaciones o no contestaban al teléfono. Empecé a agobiarme y a pensar que tendría que coger lo primero que me ofrecieran. Y así fue.

Mi primer piso,

Tipo: semi-colegio-mayor-tipo-pensión-cutre
Tamaño: grande (dos pisos juntos) 8 habitaciones.
Estado: semi-viejo.
Nº de habitantes: 8.
Precio: 50.000 ptas (antes del euro) por mi cubículo.
Extras: A/C en el salón. Canal + pagado a escote. Teléfono de monedas.

Este piso que no tuve más remedio que coger era algo parecido a una cutre-pensión, por mucho que la dueña se empeñara en llamarlo colegio mayor. En las 50000 pesetas entraba comida (si a eso se le puede llamar comida), limpieza (derecho a que te barrieran y fregaran el suelo de la habitación los viernes) lavado de la ropa (de una semana para otra, en la que te devolvían las camisetas y toallas con una increíble textura de cartón-piedra) hay que tener en cuenta que las habitaciones en piso compartido en esa época oscilaban entre las 12.000 y las 25.000 pesetas los de lujo. Eran dos pisos juntos con unas mínimas reformas. La señora nos llevaba la comida y la cena (que preparaba en su casa) seis días a la semana. Los sábados por la mañana dejaba la comida del medio día preparada y comida rápida (huevos, salchichas pizzas congeladas y demás) para que cenáramos el sábado y comida/cena del domingo. Lo que no entiendo, ni entenderé, es como algunos estuvieron en ese piso más de cinco años. Bueno está quedando un poco largo, así que dejaré para otro momento el análisis de los componentes.

Moraleja: busque, compare y si encuentra algo mejor, compártalo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ánimo, tío, que el blog tiene muy buena pinta.
Juanjo.

Paola dijo...

El blog tiene muy buena pinta. Siempre ha sido satisfactorio saber las visicitudes de otras personas tal vez para saber que otros tambien sufren lo suyo? puede ser pero creo que es para poder liberar esos miedos de que no eres el unico que pasa por malas situaciones y que no eres el unico que ha tenido esas ideas locas.
Algunas fotos mas? Ya sabes una imagen vale mas que 1000 palabras